EL HOMBRE Y SUS PROBLEMAS SOCIO-NATURALES
El Hombre, único ser
problematizador, es también el único que puede sentir la necesidad y el gusto
de añadir dificultades a aquellas que le plantean el medio natural y el medio
social. Aún más, la capacidad de percibir novedad, de ver nuevos problemas y de
inventarlos es un indicador del talento científico, en una época en la que se
presta más atención a la resolución de problemas (frecuentemente la simple
aplicación de técnicas) que al descubrimiento de problemas (operación racional
de escudriñar la realidad). Cuanto más rentables son los problemas
descubiertos, planteados y resueltos por un investigador, tanto mayor es la
valía de éste. Pero, no hace falta que los resuelva todos: basta con que
suministre a otros investigadores problemas cuya solución puede constituir un
progreso relevante del conocimiento.
La actitud problematizadora es
característica relevante de toda actividad racional y la más visible de la
ciencia. Las tareas del investigador son: tomar conciencia de problemas que
otros pueden haber pasado por alto (percepción de una realidad); insertarlos en
un cuerpo de conocimiento (marco teórico y conceptual) e intentar resolverlos
con el máximo de rigor (planeación y diseño de la investigación), ante todo
para enriquecer el conocimiento (valor intelectual y social de la ciencia).
El progreso del conocimiento
consiste en plantear, aclarar y resolver nuevos problemas - pero no problemas
de cualquier clase-, esto es, problemas demasiado triviales o problemas que van
más allá de sus fuerzas, o problemas aislados. La selección errada de los
problemas como consecuencia de una contemplación equivocada del mundo y de la
investigación es causa principal del fracaso, no sólo de ciertas escuelas de
pensamiento sino de muchas investigaciones.
Las necesidades prácticas son fuente
de problemas científicos, pero el insistir exageradamente sobre la aplicación
práctica (por ejemplo la industria o la política) a expensas del valor
científico, intrínseco de la investigación, es a largo plazo esterilizador. En
primer lugar, porque los problemas científicos no son primariamente problemas
de acción sino de conocimiento; en segundo lugar, porque no puede realizarse
trabajo creador más que con entusiasmo y el entusiasmo puede fácilmente faltar
si la línea problemática de investigación no se elige libremente y movidos por
la curiosidad.
Al igual que en la vida cotidiana,
en la ciencia del planteamiento de grandes tareas acarrea grandes éxitos y
grandes fracasos. Nadie puede esperar que preguntas superficiales y modestas
reciban respuestas profundas y muy generales. El camino más seguro es sin duda
la selección de problemas triviales. Los que buscan ante todo la seguridad,
deben escoger problemas pequeños; solo los pensadores más amigos del riesgo
tomarán el de gastar muchos años en luchar con problemas de grandes dimensiones
que no le asegurarán ni continuidad ni ascensos en su carrera. Las grandes
revoluciones se han producido siempre en la ciencia pura por obra de personas
de este carácter, más que por descubrimientos casuales de investigadores
prolijos y sin imaginación, dedicados a problemas aislados y reducidos.
No hay técnicas para elaborar
problemas que sean a la vez profundos, fecundos y resolubles con medios
prescritos. Pero pueden ser útiles los siguientes consejos:
1. Criticar soluciones conocidas, esto es, buscar puntos débiles en
ellas.
2. Aplicar soluciones conocidas a situaciones nuevas y examinar si siguen
valiendo para éstas.
3. Generalizar viejos problemas.
4. Buscar relaciones con problemas pertenecientes a otros campos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario