jueves, 23 de julio de 2015

EL HOMBRE Y SUS PROBLEMAS SOCIO-NATURALES


El Hombre, único ser problematizador, es también el único que puede sentir la necesidad y el gusto de añadir dificultades a aquellas que le plantean el medio natural y el medio social. Aún más, la capacidad de percibir novedad, de ver nuevos problemas y de inventarlos es un indicador del talento científico, en una época en la que se presta más atención a la resolución de problemas (frecuentemente la simple aplicación de técnicas) que al descubrimiento de problemas (operación racional de escudriñar la realidad). Cuanto más rentables son los problemas descubiertos, planteados y resueltos por un investigador, tanto mayor es la valía de éste. Pero, no hace falta que los resuelva todos: basta con que suministre a otros investigadores problemas cuya solución puede constituir un progreso relevante del conocimiento.
La actitud problematizadora es característica relevante de toda actividad racional y la más visible de la ciencia. Las tareas del investigador son: tomar conciencia de problemas que otros pueden haber pasado por alto (percepción de una realidad); insertarlos en un cuerpo de conocimiento (marco teórico y conceptual) e intentar resolverlos con el máximo de rigor (planeación y diseño de la investigación), ante todo para enriquecer el conocimiento (valor intelectual y social de la ciencia).
El progreso del conocimiento consiste en plantear, aclarar y resolver nuevos problemas - pero no problemas de cualquier clase-, esto es, problemas demasiado triviales o problemas que van más allá de sus fuerzas, o problemas aislados. La selección errada de los problemas como consecuencia de una contemplación equivocada del mundo y de la investigación es causa principal del fracaso, no sólo de ciertas escuelas de pensamiento sino de muchas investigaciones.
Las necesidades prácticas son fuente de problemas científicos, pero el insistir exageradamente sobre la aplicación práctica (por ejemplo la industria o la política) a expensas del valor científico, intrínseco de la investigación, es a largo plazo esterilizador. En primer lugar, porque los problemas científicos no son primariamente problemas de acción sino de conocimiento; en segundo lugar, porque no puede realizarse trabajo creador más que con entusiasmo y el entusiasmo puede fácilmente faltar si la línea problemática de investigación no se elige libremente y movidos por la curiosidad.
Al igual que en la vida cotidiana, en la ciencia del planteamiento de grandes tareas acarrea grandes éxitos y grandes fracasos. Nadie puede esperar que preguntas superficiales y modestas reciban respuestas profundas y muy generales. El camino más seguro es sin duda la selección de problemas triviales. Los que buscan ante todo la seguridad, deben escoger problemas pequeños; solo los pensadores más amigos del riesgo tomarán el de gastar muchos años en luchar con problemas de grandes dimensiones que no le asegurarán ni continuidad ni ascensos en su carrera. Las grandes revoluciones se han producido siempre en la ciencia pura por obra de personas de este carácter, más que por descubrimientos casuales de investigadores prolijos y sin imaginación, dedicados a problemas aislados y reducidos.
Descripción: http://www.virtual.unal.edu.co/cursos/IDEA/2007219/lecciones/cap_2/figuras/fig12.gif
No hay técnicas para elaborar problemas que sean a la vez profundos, fecundos y resolubles con medios prescritos. Pero pueden ser útiles los siguientes consejos:
1.    Criticar soluciones conocidas, esto es, buscar puntos débiles en ellas.
2.    Aplicar soluciones conocidas a situaciones nuevas y examinar si siguen valiendo para éstas.
3.    Generalizar viejos problemas.

4.    Buscar relaciones con problemas pertenecientes a otros campos.

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